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Dudas por el cambio de semáforo; banqueteros piden flexibilidad

Ante el rumor de que el próximo jueves el semáforo epidemiológico estatal por la pandemia de Covid-19 cambiaría del naranja al amarillo, los banqueteros consideraron que si bien esto podría traducirse en una apertura más amplia a la actividad económica, lo cierto es que aún no la “tienen del todo clara”, toda vez que los requerimientos mínimos para una operación óptima del negocio de eventos sociales están sujetos a un mayor aforo en los espacios.

Lo anterior lo comentó Adolfo Maldonado Peniche, empresario del ramo.

Luego de 14 meses de inactividad que ha impactado a las industrias banquetera y de eventos sociales, los empresarios señalaron en sus círculos cercanos que la espera ha sido demasiado larga, y que las medidas propuestas por la autoridad para hacer frente a la crisis del sector no son suficientes para operar bajo un rango de calidad y rentabilidad.

Además, expusieron, mientras no se les diga exactamente cómo se les permitirá trabajar con semáforo amarillo, todo quedará sujeto a lo que anuncien las autoridades este jueves.

“Se nos ha informado que la ocupación de camas está en un nivel muy bajo como hacía mucho tiempo no sucedía, esto abre la posibilidad de que el semáforo epidemiológico de Yucatán pase a amarillo, lo que en teoría supone una mayor apertura económica”, dijo Maldonado Peniche.

“Pero hasta este momento la autoridad no nos ha explicado cómo este cambio del semáforo se traducirá en medidas concretas para reactivar la industria de los banquetes y eventos sociales, eso es una cuestión importante para nosotros porque las facilidades deben ser distintas y mejores que las que se dictaron a finales de 2020”.

El empresario recordó que mientras se permitió la realización de eventos sociales en semáforo naranja a finales del año pasado, los aforos permitidos eran de hasta 150 personas en espacios abiertos, lo que hacía complicada la operación de las empresas banqueteras.

Ahora, de pasar a semáforo amarillo los empresarios del ramo podrían esperar una norma más flexible en cuanto a los aforos, opinó.

“Hay que esperar primero que se dé el cambio de semáforo de naranja a amarillo, de ahí la autoridad debe establecer cómo operarán las empresas banqueteras”.

“Esperamos hacerlo con más facilidades y aforos que cuando operamos con semáforo naranja porque eventos de 150 personas en verdad no nos resultan (rentables), necesitaríamos por lo menos bodas de 300 invitados para salir más o menos con los costos”, apuntó.

“Que no se hagan graduaciones de mil invitados, perfecto, estamos de acuerdo, pero permítanos entonces organizar bodas de 300 personas para permitir la recuperación de las empresas que ofrecen este servicio”, subrayó.— Emanuel Rincón Becerra

Maldonado Peniche señaló también que su empresa, Maxi Eventos, al parecer es la única que sigue con un plan para convertir su espacio social, “Hacienda Yaxká”, en restaurante, una propuesta que hizo el gobierno del Estado para que los banqueteros puedan sobrellevar la situación por falta de eventos.

Esta medida no beneficia a todos los sectores de la industria de eventos sociales involucrados y no todas las empresas están en posibilidad de adoptarla, dijo.

Para Maldonado Peniche ha sido largo y complejo apegarse a la normatividad que el caso exige, pero es tanto lo que se ha invertido en recursos y tiempo que continuará con el plan trazado independientemente de lo que las autoridades establezcan para el gremio a partir del jueves.

Crisis por la pandemia

Maldonado Peniche señaló que su empresa, Maxi Eventos, al parecer es la única que sigue con el plan de convertir en restaurante su espacio social, “Hacienda Yaxká”, propuesta que hizo el gobierno del Estado para que los banqueteros puedan sobrellevar la situación.

Bodas

Según expuso, la mayoría de las bodas en agenda han sido reprogramadas para el 2022 y difícilmente habría bodas este 2021 de no darse las condiciones mínimas de aforo para hacer rentables los eventos.