Caracol rosa, en peligro por la pesca ilegal
Se estima que la biodiversidad actual de nuestro planeta es de 210 millones de especies, de las cuales se han descrito 10 por ciento. Los caracoles, almejas, ostiones, pulpos, babosas son moluscos. Son el segundo grupo de mayor diversidad, existen 110 mil especies, teniendo una larga historia evolutiva. Desde el Precámbrico habitan nuestro Planeta, hace 560 millones de años, anterior a la formación del Océano Atlántico y Mar Caribe. Son mucho más antiguos que los Dinosaurios, que son del Jurásico (200 millones de años). Los moluscos sobrevivieron a la extinción masiva del impacto del meteorito de Chibcxulub, pero los dinosaurios se extinguieron.
Los moluscos son tan eficientes que colonizan todos los ambientes, desde las montañas a más de 7 mil metros sobre el nivel del mar hasta profundidades oceánicas, viviendo en los trópicos o en los Polos. Los hay acuáticos marinos y de agua dulce y terrestres. El caracol rosa es un representante de ellos.
En México, los caracoles fueron utilizados ampliamente en las culturas prehispánicas. Al caracol rosa se le encuentra en punzones, navajas, anillos, brazaletes, pectorales e instrumentos musicales. Estuvo asociado con la divinidad. A Quetzalcóatl se le ve con un pectoral de caracol marino. En Teotihuacán, caracoles decoran el templo teteccicalli y una pieza del caracol rosa esculpida magistralmente en piedra volcánica se puede apreciar en el Museo del Templo Mayor.
Biología y ecología
El caracol rosa es herbívoro, vive de aguas someras hasta los 50 metros de profundidad, en fondos de arena o en las praderas marinas de arrecifales. Su distribución, al Norte son los Cayos de Florida, Bahamas y Bermudas y al Sur, las costas del Norte de Brasil. En México, se le encuentra en la península de Yucatán y en los arrecifes de Alacranes, Banco Chinchorro, Cozumel, Mujeres, Contoy y los de Campeche.
Es una especie con sexos separados, de fecundación interna con apareamiento. La hembra formará una masa 300 mil huevos en promedio, dentro de un cordón que la hembra deposita sobre el fondo marino. De ellos, sólo 1 por ciento llegará a ser caracol adulto.
Cada huevo se transformará en embrión al cabo de cinco días eclosionarán larvas del caracol las cuales en nada se parece al caracol adulto. Esas larvas son más pequeñas que un grano de arena, requiriéndose un microscopio para observarlas. Miden la quinta parte de 1 mm (250 micras). Al salir del huevo ya poseen una concha y una membrana lobular llamada velum. Esta estructura le permite nadar, alimentarse de micro algas y respirar. Esta larva, se llama veliger. Durante un mes, las larvas de caracol van a desarrollarse, formando parte del plancton nadando y dejándose transportar por las corrientes del Atlántico y Caribe, por lo que no resulta sencillo saber a dónde llegarán durante su viaje de su vida planctónica. Dado a esta característica la población de esta especie está muy emparentada genéticamente. La larva completará su desarrollo con una metamorfosis donde dejará de ser organismo planctónico para convertirse en un caracol que vivirá en el fondo marino.
Alcanzan la madurez sexual a los 5 años, con una talla de longitud de su concha de 30 cm y un peso de 3kg. La concha es un tejido vivo, razón por la cual crece; es equivalente al tejido óseo de nosotros. La concha al romperse equivalente a las fracturas de nuestros huesos y dependiendo de la gravedad podrá soldar o no. Esa concha esta alimentada por vasos sanguíneos que transportan hemolinfa, la sangre del caracol. A diferencia de los humanos, su “sangre” no posee un sistema de coagulación, por lo que la ruptura de este tejido puede causar la muerte del caracol.